Los trabajadores de Navantia han vuelto a la calle con una protesta en la que han cortado las principales vías de acceso a la ciudad. No hay nuevos contratos ni confirmación del encargo del flotel para Pemex. El astillero finaliza en diciembre el último barco que le queda en construcción.
 
Con barricadas de neumáticos ardiendo han cortado media hora los cuatro carriles de la AP-9 de entrada y salida de Ferrol en una manifestación en la que han mostrado monigotes con los rostros de Feijóo, Rey Varela y los presidentes de Navantia y la Sepi señalados como culpables y cruces de madera con los nombres de empresas auxiliares del naval. Más de 3.000 empleos están en la cuerta floja y no hay nuevos contratos. El último varapalo ha sido la pérdida de la construcción de cuatro gaseros para Repsol y Gas Natural que se irá a Japón y Corea. Ante la crítica situación, Ignacio Naveiras, portavoz del Comité, advierte al PP, a la Xunta y al Gobierno que ya no hay tiempo para excusas.

Los trabajadores temen una nueva reconversión en el plan de viabilidad que Navantia presentará el 4 de diciembre. Precisamente, el próximo mes, se finaliza el último barco que queda en construcción y la grada del astillero quedará a cero.

Crónica María Pan