Lucas Pérez dijo días antes del partido que nació con la idea de ganar algún día al Celta de Vigo. A partir de ahora podrá contar que ese sueño lo logró un 21 de noviembre de 2015. Suyo fue el primer tanto de los deportivistas, que abrió la puerta de la victoria. El cuadro de este Deportivo 2 - Celta 0 se completaría con un penalti que Lux le paró a Nolito y un gol absurdo en propia meta de Jonny. El derbi es del Dépor. 

El encuentro comenzó con un pequeño toma y daca protagonizado por Lucas Pérez, con dos ocasiones en el área del Celta, y Nolito, que falló una vaselina tras un grave error de Arribas que perdió un balón en esa zona del campo propio en la que un equipo no puede permitirse el lujo de que le roben la cartera. 

Pero Lucas Pérez fue de nuevo la referencia. Esas dos ocasiones eran el presagio de que no había dos sin tres y de que a la tercera va la vencida El del barrio de las Flores fue el más listo de la clase para aprovechar un balón suelto y lanzarlo al fondo de la red en el minuto 22. Era el delirio para las más de 30.000 personas que abarrotaron Riazor para ver el choque de máxima rivalidad de Galicia. 

La alegría pronto se transformaría en susto. En el 24 Navarro cargó en el área sobre Iago Aspas y el colegiado del encuentro no dudó en pitar la pena máxima. Las protestas de los blanquiazules fueron airadas. Tanto es así que Germán Lux se ganó una amarilla tras encararse con el colegiado. 

Pero el 'Poroto' se redimió de su pecado al parar el penalti lanzado por Nolito al poste izquierdo. El susto se convirtió en alivio que dio paso de nuevo a la alegría en la parroquia coruñesa. 

A partir de ese momento, poca historia tuvo ya el partido. El Deportivo se dedicó a defender su ventaja y lanzar rápidas contras para que el partido, ya en la segunda mitad, fuese más trabado. El Celta quiso irse arriba pero su primer lanzamiento a puerta entre los tres palos en el segundo tiempo no llegó hasta el minuto 84 con un inocente disparo de Aspas que detuvo Lux sin problemas.

Eran los minutos de mayor presencia del Celta en el campo del Deportivo y de mayor posesión del equipo vigués, aunque con escaso peligro. La poca esperanza que podía tener la afición celeste se difuminó en la jugada absurda de la jornada. Jonny, presionado por un renqueante Lucas Pérez, cedió un balón al portero desde fuera del área sin percatarse de que Sergio había adelantado su posición. El meta fue incapaz de retroceder con la suficiente velocidad para evitar el tanto. El balón avanzó de forma mansa por el área hasta irse al fondo de la red con pasmosa tranquilidad. Era la puntilla para un derbi que esta vez fue para el Deportivo. 

Lo peor del derbi fue la muerte de un aficionado en la grada de pabellón al sufrir un infarto. Fue la única nota negra de un derbi que transcurrió con tranquilidad, a excepción de una pequeña tangana en la segunda parte.