En un mundo que contempla impasible el tráfico de seres humanos, el drama de los que intentan llegar a El Dorado europeo huyendo de la guerra, o el hambre. Un mundo que es capaz de tolerar el dolor de los otros simplemente cambiando la dirección de la mirada después de pararse un momento ante el espanto, decir que baja el paro es lo más fácil. Y es verdad. Cada mes llega la misma canción pero un medio de comunicación tiene la obligación de hablar de los que no pueden hablar, sabiendo que los otros hablan de más. Baja el paro, estamos saliendo a trancas y barrancas de una crisis que ha rebajado nuestras expectativas vitales pero las condiciones de vida de la mayoría han sufrido un recorte que no se podrá compensar en años. El paro ha bajado de forma importante en el último año. Pero de los 84.630 ciudadanos sin trabajo en la provincia sólo 42 mil, la mitad, perciben una prestación. Y de los contratos firmados sólo 1.700 de los 31 mil son indefinidos. Estamos hablando de un escenario de precariedad y necesidad en medio de una recuperación lenta y desigual. El gobierno de la Marea ha iniciado los movimientos para crear una renta social municipal. Necesaria como el agua en mayo ya desde hace tiempo. Es la hora de proteger, de compensar y también de prepararse para acoger por cierto. Todos los seres humanos somos de todos. 

Tronzar os valos, Sés.