En una décima de segundo la vida se vuelve del revés. De la fiesta y la relajación se pasa a la tragedia porque somos frágiles. En Carral volvimos a comprobarlo, desgraciadamente, el sábado por la tarde. Siete de los nuestros, las muertes que más duelen, han fallecido por ese accidente cuando seguían el Rally de A Coruña a su paso por Carral, en plenas fiestas. Era gente con vidas tejidas entre sí, hijos y padres, amigos, que se conocen como se conoce la gente en los pueblos. Y su muerte nos obliga de nuevo a buscar respuestas. Porque en este lugar del mundo no podemos conformarnos, no deberíamos conformarnos nunca pero nosotros podemos permitirnos ver el porqué. Después del duelo, saber cuáles eran las medidas de seguridad, detalles de la organización, de los espacios señalados, del recorrido. Aprender de los errores, cambiar lo que haya que cambiar en relación con este deporte y ese público situado en las cunetas. Nos resistimos a creer que las muertes nuestras sean inútiles e inevitables, es parte de nuestro duelo y una obligación social. Buscar una explicación, en la medida de lo imposible.

El vídeo se ha reproducido hasta la saciedad.