Las rías son milagros naturales construídos por la fuerza del mar y del viento, por las corrientes y la resistencia de la tierra a lo largo de millones de años. Son algo único y destruirlas es sencillo y rápido en contraste con el esfuerzo natural que, sin pretenderlo, ha llevado a su formación. Son fuente de riqueza, de recreo y regalan, sencillamente, belleza, son un bien benéfico y espléndido. Cuando se cierra una ría por contaminación se produce el sobresalto y la alarma porque en el fondo se está infligiendo un daño a algo muy nuestro. Aunque durante años hayamos consentido que la Ría de A Coruña se inundara de fecales, de residuos de fábricas, de restos de todo tipo, en el fondo sabemos que tenemos una responsabilidad hacia la naturaleza que nos rodea que en las rías adquiere una forma única. En medio de este cierre por causas que siguen investigándose, con varias hipótesis abiertas, tenemos que recordar que el dragado sigue pendiente después de muchos años de reivindicaciones por el vertido cero y que si la ría se recupera al cien por cien podemos tener un paraíso al lado de casa, un paraíso en todos los sentidos. Aunque los responsables públicos dijeran que era absurdo pensar en mejorar la ría de O Burgo, algo que se ha demostrado completamente erróneo. Es un mandato natural. Vivir junto a una ría es una suerte, no cuidarla, sencillamente, un desperdicio.

Reportaje de hace cinco años elaborado por Félix Federico Menéndez. Lo tituló "Los llantos de la naturaleza".