Mañana tenemos derbi, no un derbi cualquiera. O Noso derbi. Hay otro, Madrid- Barcelona … la afición deportivista pasó años diciéndoles ya estamos aquí. Pero si hablamos de derbi Galicia tiene el suyo y dos equipos en Primera División. Llevamos dos semanas cargando pilas para la cita. 10 y cinco de la noche Estadio de Riazor. Si algo tiene el fútbol es esa capacidad para encender la llama de la expectación. Ayer hubo entrenamiento con la afición en Riazor prueba de la paz recuperada en la relación entre Club y su gente. Imprescindible porque la principal fuerza que tiene el Deportivo es su masa social. El partido ha sido declarado de alto riesgo, hasta 400 policías y personal de seguridad se han destacado para estar mañana en A Coruña. La rivalidad sana es casi una liturgia cuando hablamos de fútbol. La que se mantiene cien años tiene esa carga de cita ineludible. Otra cosa es llegar a comprender ciertos cánticos camino de la desaparición. Llamar a tus vecinos “portugueses” como si fuera un insulto, con jugadores portugueses en el Dépor, además. O aldeanos, cuando en este lugar del mundo  quien más quien menos todos tenemos una aldea propia o regalada … y que dure. Habría que subrayar sobre todo que Galicia es una potencia en fútbol, no es fácil con nuestra masa demográfica tener dos equipos en Primera. Y eso, en clave económica y en clave de imagen tiene un valor. Y en clave sentimental. Imposible los unos sin los otros. Imposible sin tí dice la campaña de la Xunta para promover la concordia. 

Imposible sin tí.