Encaramos unas Navidades más, las de 2014, otro año de crisis, con indicios de recuperación según dicen los indicativos macroeconómicos. Unas Navidades en las que debemos pedir, como cada día, cambios de políticas que permitan que los de abajo, a los que la macroeconomía ni siquiera les roza, puedan respirar.  Sabemos que la gente en estas fechas, si puede, consume. Estamos en ese momento en que casi todos sacamos el resto. Y es aquí donde podemos comprobar que la mejor receta para salir de esta crisis sigue siendo no exprimir hasta el máximo al ciudadano, si no reclamar un marco estable, empleos dignos y posibilidades de futuro. En eso estamos interesados todos, del más humilde al más poderoso porque lo que le pasa a uno influye en todos los demás. Desde esos atascos interminables a los que no deberíamos acostumbrarnos nunca, hasta la inseguridad que generan aquellos a los que olvidamos o la paga que se recibe y al menos en parte se gasta y hace que se mueva el sistema. Sólo necesitamos ciudadanos dueños de sí mismos y sentido comun. Y ser felices, también en Navidad.

John Lennon. Happy Xmas (War Is Over)