Cuando escuchamos hablar del accidente del Alvia seguimos volviéndonos del revés. El juez acaba de cerrar la instrucción con el maquinista, el coruñés Francisco José Garzón, como único imputado. Le considera único responsable de las 80 muertes en una decisión que, según el Presidente Feijóo, coincide con el sentir mayoritario de la sociedad. Eso es mucho decir, arrogarse de conocer el sentir mayoritario de la sociedad ante un accidente que se produce en una vía que se vendió como de última generación por parte de los responsables públicos, cuando no lo era. En medio de inauguraciones para la llegada del Papa, con responsables políticos y gestores de Adif con nombres y apellidos colgándose medallas. En un servicio que no contaba con el sistema de seguridad que hubiera impedido la desgracia, el famoso ERTMS, que se está colocando, después del siniestro, en toda la velocidad alta ferroviaria en Galicia y lleva años operativo hasta en las cercanías del tren de Madrid. Un accidente en una curva con trazado de los años 40 para una máquina del siglo XXI. Dice el juez que no toda causa es susceptible de generar culpabilidad. Pero algún mecanismo debe establecerse para que los responsables públicos asuman su responsabilidad ante la dejación y más en casos con consecuencias tan graves como éstas. Al final cae el eslabón más débil, que nadie dice que no tenga parte de responsabilidad, pero esa losa debía ser también para otros.  

El accidente según la reconstrucción de la policía científica. Lo ha colgado en You Tube Nostubeyou..