El Pasatiempos es un oasis obra de la generosidad. Juan García Naveira le dio forma en Betanzos para entregar a su tierra parte de lo que consiguió con su esfuerzo tras irse lejos. El estado de su parte histórica, homenaje al mar, al laicismo y al libre pensamiento es deprimente. Contiene la esencia de los jardines modernistas de finales del XIX, uno de esos tiempos históricos en que las personas y los pueblos parecen despertar de un sopor eterno. Fue campo de concentración durante la Guerra Civil, un destino totalmente opuesto al espíritu que presidió su construcción y a la ideología de sus impulsores. Y luego llegó el olvido, y después la compra por parte del Ayuntamiento a mediados de los ochenta siendo Alcalde el socialista Manuel Lagares. La recuperación de los jardines, estos días sujetos a obras de mejora, ha supuesto un lavado de cara a estanques, puentes y árboles. Pero el olvido de su parte más artística, más espectacular, al otro lado de la carretera es brutal. El Ayuntamiento señala que no tiene recursos para acometer una recuperación de estas dimensiones y busca fondos en Xunta y Unión Europea. Podría ser una referencia turística y cultural y es testigo de lo poco que valoramos lo que tenemos en este rincón del mundo. Dicho entre la lluvia, que otorga a sus estatuas abandonadas un halo de irrealidad. ¿Hay alguien ahí? 

Reportaje colgado en you tube por Manuel Llano.