El fútbol es un estado de ánimo, dice Jorge Valdano. Y el estado de ánimo de la afición del Deportivo es de subidón. El Dépor brilla y gusta y ha vuelto la paz a Riazor. La afición vuelve a llevar al equipo en volandas, lo llevó hasta cuando las cosas estaban mal, es fácil llevarlo cuando se ve la luz después del túnel. Juego bonito. Jugadores que se multiplican y la raza y el gol, con Lucas, completan el cuadro. Y el pago en tiempo a Hacienda hace unas semanas, por cierto. El Dépor invita a soñar, decíamos ayer, como se cumplió el sueño de ese nuevo ídolo de la afición, un chaval de aquí que se superó a sí mismo. El fútbol como ejemplo de vida. No como cánticos excluyentes. El fútbol como metáfora, como polo de atracción económica. La mareona llenando A Coruña. El fútbol como actor económico y social. Vuelve lo mejor después de aguantar el chaparrón como jabatas y jabatos. Vamos a disfrutarlo. 

La rueda de Lucas.