El Ayuntamiento de A Coruña y la autoridad portuaria se reúnen de nuevo hoy para hablar de las obras de la Marina necesitadas de un lavado de cara, cuando aún están sin finalizar, para crear espacios de sombra y descanso en medio de un mar de cemento. Días pasados ambas instituciones protagonizaban una enconada polémica sobre la necesidad o no de licencia municipal y la participación del Ayuntamiento en el proyecto. Parece de sentido común que el gobierno local, que representa a los ciudadanos coruñeses, tenga algo que decir en unos trabajos que afectan a una zona especialmente importante y sensible de la ciudad y las resistencias del puerto son del todo censurables. Es la autoridad portuaria una institución vital para A Coruña porque representa el germen de su existencia y el motor de su crecimiento pero eso no quiere decir que la ciudad se pliegue a sus designios sin rechistar. Sobre todo cuando la gestión de los actuales responsables y de sus predecesores la han colocado en un callejón sin salida fácil. Embarcada en la construcción del puerto exterior, con una cifra de negocio de 24 millones de euros para hacer frente a créditos por valor de 230 millones sin posibilidad de retorno. Con sus conexiones por ferrocarril en el aire, el nuevo oleoducto pendiente y sin terrenos para reclasificar a la vista tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y el cambio de signo político en María Pita. A la espera de explicaciones públicas lo mínimo exigible es un poco de humildad.

Vídeo sobre el puerto exterior elaborado por Eloy Tp.