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sábado, 18 de mayo de 2024 18:27h.

Planasa Navarra: mi reino por un pívot

Poco tiempo para el descanso, poco tiempo para saborear las victorias. El partido que enfrentará al Leyma Básquet Coruña con el Planasa Navarra el próximo domingo será el tercer partido de los coruñeses en diez días. El conjunto herculino no quiere despertar de un sueño de dos victorias consecutivas y, lo que es más importante, cuatro triunfos en los últimos cinco compromisos (el único que se saldó con derrota, en la prórroga, ante un Oviedo Baloncesto que está atravesando un momento dulce) ante rivales directos.

A pesar de que el cansancio puede empezar a castigar a los jugadores de Tito Díaz, sobre todo al juego interior (recordemos que ahí sólo contamos con el concurso de tres hombres, con la muy puntual ayuda de Larry Abia), las sensaciones invitan al optimismo. Varios miembros de la plantilla han dado un paso adelante en las últimas jornadas y, a pesar de que Beqa Burjanadze y Sergio Olmos continúan destacando en el apartado estadístico, empieza a apreciarse una concepción más coral del juego. Cualquier jugador puede aparecer y aportar, lo que complica el planteamiento de los contrincantes. La victoria conseguida el miércoles, en cancha del filial del F.C. Barcelona Lassa, resultó un completo ejercicio de madurez, con una gestión excelente de los minutos finales, superando una asignatura pendiente del Leyma Básquet Coruña en los primeros partidos de temporada.

Dos datos estadísticos del último partido me parecen especialmente relevantes para comprobar que los nervios han abandonado a los jugadores del equipo naranja. Por un lado, en la Ciutat Sportiva Joan Gamper, el Leyma Básquet Coruña consiguió reducir casi a la mitad las pérdidas de balón, al perder solamente ocho pelotas, cuando su promedio de pérdidas es superior a quince por encuentro. Por otro lado, el excelente porcentaje en tiros libres. Ese 22/23 confirma que las muñecas estaban firmes, que estos jugadores han recuperado la confianza, que ya no pesa la responsabilidad.

El próximo rival del equipo coruñés es el Planasa Navarra, en el que Sergio Lamúa repite como primer entrenador. El equipo pamplonés practica un estilo de juego inconfundible. Como el año pasado con Eduardo Hernández Sonseca, Lamúa vuelve a insistir mucho en el juego con sus pívots, donde tiene a su mejor hombre, Oliver Arteaga, jugador más valorado de la categoría, que protagonizará un duelo estelar con nuestro Sergio Olmos. Esta característica de su juego, unida al escaso acierto que están consiguiendo desde el perímetro y a su muy escasa capacidad para capturar rebotes en la zona rival, implica que intenten alargar las posesiones y que den gran importancia al trabajo defensivo, intentando llevar el partido a bajos guarismos, algo que se antoja complicado que consigan en la pista de un equipo gallego que en ataque está funcionando de lujo.

Planasa llega a la cita de Riazor con un balance idéntico al del Básquet Coruña, cinco victorias y ocho derrotas, si bien en las últimas jornadas están acusando un bache de resultados, pues vienen de perder tres encuentros consecutivos. Una victoria en cancha contraria les daría oxígeno y confianza pero una derrota podría hacerles entrar en barrena e incluso (si el Actel Força Lleida consigue la victoria) caer a puestos de descenso.

Conozcamos a sus jugadores. En el puesto de base, Lamúa cuenta con un veterano en la categoría como Enric Garrido, un excelente triplista al que no se le puede dar medio metro. Le acompaña, en tareas de dirección, el versátil Miki Servera, un combo de casi dos metros que acabó muy bien la pasada temporada y al que a este año le está faltando aciero en el tiro para confirmar esas sensaciones tan positivas, aspecto muy importante si tenemos en cuenta que está disputando bastantes minutos en el puesto de escolta. Su estatura le permite emparejarse en defensa con cualquier exterior rival y ayudar en el rebote aunque su ADN es de jugador ofensivo. Completa la rotación en la posición de uno Iñigo Zabalo, un jugador de la tierra que da un toque autóctono a la plantilla y ofrece (escasos) minutos de relevo para la pareja de bases.

En general, los aleros del Planasa Navarra están rindiendo, hasta este momento, por debajo de la calidad que se les supone, eclipsados, quizá, por la preeminencia en los esquemas ofensivos de Oliver Arteaga. Este verano incorporaron a Guille Justo, procedente del Quesos Cerrato Palencia. En tierras navarras, Justo busca más protagonismo que en su anterior destino pero, aunque es una amenaza continua desde el triple, no está encontrando el acierto. En su tercera etapa en el club, Iñaki Narros aporta experiencia y  anotación después de haberse pasado el curso anterior casi en blanco por lesión. Cuatro temporadas en el club han confirmado al cordobés Joaquín Bonhome como un apreciado jugador de equipo, uno de los mejores defensores exteriores de la competición que debería aportar también sus puntos desde el perímetro. Pero esos puntos no llegan. Completa la rotación exterior el tinerfeño Sergio Rodríguez (no confundir con el talentoso base del Real Madrid del mismo nombre), un polivalente tres/cuatro en plena progresión que está sabiendo aprovechar sus minutos.

En las posiciones interiores, nos encontramos con Iván García, un cuatro moderno formado en la cantera del F.C. Barcelona que cumple su segunda temporada en el club y que es, ante todo, un excelente lanzador de triples. Además, es un correcto reboteador. Serge Konan es una incógnita, pues apenas ha participado. El fichaje más destacado del club navarro ha sido el del joven pívot senegalés Maodo Nguirane, formado en la cantera Unicaja y con experiencia en el primer equipo malagueño. Nguirane llegó a Navarra en busca minutos y protagonismo para crecer en LEB Oro. Con un físico privilegiado, ofrece descanso a Arteaga y suma en labores defensivas, intimidación y rebote. Aunque todavía le queda mucho que aprender en la lectura de juego, sus números están siendo bastante buenos.

Mención especial merece Oliver Arteaga, como ya he dicho, referencia absoluta del juego navarro. A los 32 años, el pívot canario ha alcanzado la madurez en su juego y todos los ataques pasan por sus manos. Con su corpulencia y experiencia (ha disputado cuatro temporadas en Liga ACB), aprovecha los espacios generados por su compañero García, que vive por detrás de la línea de 6,75. Dispone de un buen juego de pies en la zona para producir canastas o generar juego en situaciones de posteo gracias a que es inteligente y sabe leer todo tipo de situaciones. Recibe muchas faltas, es un correcto lanzador de media distancia, buen pasador... Además, en defensa es un pívot grande, sólido en la pintura, excelente reboteador. Los números no engañan. Con 27,4 créditos de valoración por choque, Arteaga es el MVP de la competición y sus promedios de 19 puntos (con un 63% de acierto en tiros de campo) y casi diez rebotes por partido confirman que es una de las estrellas de esta edición de la LEB Oro.

Quizá ningún otro equipo de la LEB Oro dependa tanto de un jugador como el Planasa Navarra depende de Oliver Artega, lo que convierte al conjunto pamplonica en un equipo bastante previsible. Los scoutings van revelando pistas y más pistas sobre la forma de jugar del Planasa Navarra y de Oliver Arteaga y ningún equipo ha conseguido pararlo todavía. Los partidos van pasando y los minutos se acumulan en las piernas de un jugador que ya no es tan joven. No creo que deba preocuparnos que Arteaga haga sus números y se vaya por encima de los veinte puntos. Lo importante es conseguir que necesite el mayor número de lanzamientos y de desgaste para conseguirlo, y que sus compañeros sigan en la línea que llevan hasta la fecha. Nuestro juego interior está en plena forma (55 puntos y 26 rebotes entre Beqa, Zyle y Olmos ante el F.C. Barcelona Lassa dan fe de ello) y dará más de un dolor de cabeza al pívot isleño.

El partido le llega al Básquet Coruña en el mejor momento posible, esperemos que el domingo estemos un poco más cerca de los puestos que dan derecho a jugar las eliminatorias por el ascenso y más lejos del pozo del descenso.