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sábado, 18 de mayo de 2024 00:02h.

Así es el Básquet Coruña 2015-2016

A la vista de los acontecimientos y movimientos en el mercado, la directiva del Leyma Básquet Coruña tenía muy claros cuáles eran los pasos a seguir de cara a la planificación de la (pre)temporada y la configuración de la plantilla. Resultaba prioritario retener al “núcleo duro” de los hombres que el pasado curso defendieron el uniforme naranja.

No fue difícil asegurar la continuidad de Tito Díaz, Charly Uzal y demás miembros del cuerpo técnico, implicados de lleno en el proyecto. Primer paso.

Imposible retener al revalorizado Kyle Rowley, el club se fijó la prioridad de renovar a los capitanes y líderes espirituales del equipo, Jesús Castro y Ángel Hernández, jugadores que tienen una indudable comunión con la grada y con la ciudad. Segundo paso.

Además, Beqa Burjanadze se decidió por seguir creciendo en un club que le abrió las puertas y le dio un papel preponderate. Del georgiano se espera, este año, que confirme las gratas impresiones dejadas la pasada campaña, aumentando su madurez y mejorando la toma de decisiones. Creo que todos tenemos claro que Beqa es un jugador ACB y que esta será su última temporada en el equipo, así que disfrutemos de sus evoluciones antes de que emprenda aventuras más ambiciosas. Tercer paso.

Cuarto paso y siguientes. Los fichajes. Las estrecheces presupuestarias del club herculino no dejaron mucho margen de maniobra para incorporaciones de relumbrón. Así, con el cinturón bien apretado, entramos en el mercado norteamericano, de donde proceden los dos primeros fichajes, dos debutantes en el baloncesto profesional.

Zach Monaghan es un director de juego al que precede la fama de gran pasador. No en vano, se proclamó máximo asistente de la NCA D-II las dos últimas temporadas. Además, no es mal tirador y tiene capacidad para desbordar en el uno contra uno, características que vienen a paliar una de las carencias del pasado curso, la falta de anotación en el puesto de base.

Junto a Monaghan llega, del otro lado del Atlántico, Ben Stelzer, gran tirador, anotador puro. Por lo visto en la pretemporada, al escolta estadounidense le falta físico para salir de los bloqueos y para generarse sus propios tiros. Tengamos paciencia, achaquémoselo a la falta de adaptación al baloncesto europeo. En sus manos hay muchos puntos, puntos que no tardarán en llegar.

De vuelta en la LEB Oro, el Básquet Coruña ha pescado dos piezas de valor, dos jugadores que, si bien han desempeñado roles secundarios en sus últimos equipos, llegan en un momento idóneo para asumir nuevos retos.

Joan Creus salió por la puerta de atrás del Unión Financiera Oviedo Baloncesto mediada la pasada campaña. Recaló en el Movistar Estudiantes para ayudar en los entrenamientos y jugar en liga EBA pero acabó por ganarse la oportunidad de jugar minutos en la Liga Endesa. El hijo del mítico “Chichi Creus” es un base disciplinado en lo táctico, agresivo en defensa, que puede dar un punto de intensidad cuando Tito Díaz lo demande.

Sergio Olmos, por su parte, llega después de conseguir tres ascensos consecutivos con el Ford Burgos, ascensos frustrados en los despachos. Se trata de un pívot de 213 centímetros que debe aportar rebote e intimidación en la zona, además de sus buenos puntos en el poste bajo, no en vano ha sido el máximo anotador herculino en la pretemporada.

Del este europeo han llegado dos refuerzos para la zona coruñesa. Gedeminas Zyle es un ala-pívot muy móvil y con buena mano a pesar de sus dos metros y diez centímetros de estatura. Ha sido uno de los jugadores que mejores sensaciones han dejado en los partidos de pretemporada a pesar de acusar cierta falta de regularidad.

Volodimyr Orlov, por su parte, es un pívot ruso de veinte años que procede del Huelva de la liga EBA. Es un jugador en período todavía de formación cuyo hábitat natural es la pintura. Es buen reboteador ofensivo pero debe de ganar dureza para defender a los pívots a los que se enfrentará en la LEB Oro.

Finalmente, se completó la plantilla con la renovación de Larry Abia, un jugador del que se espera que esta campaña dé un paso adelante en su rendimiento y ayude en la posición de tres alto defendiendo con intensidad, cargando el rebote y corriendo el contraataque.

En definitiva, un equipo joven y versátil que promete un juego intenso y desenfadado, caracterizado por la presión defensiva y la velocidad en las transiciones, un juego alegre, vistoso y sugestivo apoyado en la versatilidad de una plantilla confeccionada para enamorar a la grada.

Objetivos

Aunque técnico y jugadores han dado muestras de optimismo y han hablado de playoffs en diferentes declaraciones a lo largo de la pretemporada, el objetivo más realista del equipo de nuestra ciudad para la temporada 2015/16 debería ser mantener la categoría un año más, consolidarse en una liga tan exigente como es la LEB Oro.

Más importante, si cabe, que los objetivos deportivos, me parecen los objetivos sociales del club. Ganar visibilidad en una ciudad en la que el Dépor eclipsa cualquier otra práctica deportiva, que las gradas del Palacio de los Deportes de Riazor presenten un buen aspecto cada viernes, aumentar la masa social, colaborar con el tejido social y empresarial de la ciudad, etc. son propósitos irrenunciables a los que debe encaminarse cualquier acto o acción dirigido desde el club. Para ello el club ha dado tímidos pasos, encaminados primordialmente a seducir al público futbolero. Entre otras medidas y promociones, ha ofrecido descuentos a los abonados o socios del Deportivo. Desde mi punto de vista, una estrategia equivocada. Enfundar a nuestros gigantes con una elástica blanquiazul no es el camino, como se demostró en el Trofeo Teresa Herrera, partido de puertas abiertas en el que las gradas presentaron un aspecto asaz anodino. Pero seguro que tendremos oportunidad de tratar este tema más adelante.

Como decía, es el momento de que A Coruña recupere el gusto por el baloncesto, y la ocasión parece que ni pintada. Por un lado, debemos aprovechar la euforia que supuso la victoria de la selección española en el Eurobasket, por otro, A Coruña respirará baloncesto esta temporada, ya que será la ciudad encargada de la organización de la Copa del Rey, que se celebrará del 18 al 21 de febrero. Un acontecimiento excepcional del que el club debería intentar sacar tajada.

Primer rival: Quesos Cerrato Palencia

Olvidémonos ya de la pretemporada. Cuatro victorias y cuatro derrotas en el casillero del Básquet Coruña. Sensaciones positivas, también muchos aspectos que corregir. Viernes, 2 de octubre, empieza lo bueno. El Leyma Básquet Coruña recibirá en Riazor al Quesos Cerrato Palencia, para mí, principal candidato a ocupar la primera plaza en la tabla clasificatoria al final de la LEB Oro cuyo comienzo es ya inminente.

Sí, el Palencia es mi favorito para ganar la liga, por delante de los deslumbrantes proyectos de Palma Air Europa o Melilla Baloncesto o del siempre sólido C.B. Breogán, y voy a explicaros el porqué.

Porque contar con un entrenador de la solvencia de Porfirio Fisac es garantía de humildad, trabajo, seriedad, compromiso y resultados. Su trayectoria le avala. Experiencia en competiciones FEB, en ACB, en las categorías inferiores de la selección española... un curriculum completo con el que se ha ganado el respeto de sus compañeros de profesión, prensa y aficionados. Esta será su primera campaña a los mandos del equipo castellano, al que intentará imprimir su sello propio.

Porque mantiene a piezas importantes del pasado ejercicio, como Urko Otegui, Dani Rodríguez o Romà Bas, jugadores importantes en la cancha pero también en el vestuario, una base sólida sobre la que edificar un proyecto ambicioso. El ala-pívot guipuzkoano es uno de los mejores cuatros de la categoría, un jugador experto con carácter ganador y un lanzamiento de media distancia muy difícil de defender. El base, por su parte, lleva años demostrando en LEB Oro sus dotes para liderar con garantías el ataque del equipo, anotando en cualquier circunstancia y ejecutando con maestría las situaciones de bloqueo y continuación. Romà Bas, por su parte, representa el trabajo más gris, los intangibles, las labores de infantería que no siempre aparecen reflejadas en la estadística.

Porque ha fichado muy bien. Quesos Cerrato ha contratado jugadores que se adaptan a la perfección a lo que el técnico segoviano requiere en la pista: un director de juego joven, cerebral y con experiencia ACB como es Dani Pérez; un anotador contrastado, el alero barcelonés Marc Blanch; un tirador fiable y con ganas de dar que hablar, el australiano Mitch McCarron; un alero todoterreno, el balear Joan Tomàs; un ala-pívot en clara progresión muy capaz de abrir el campo, el también balear Toni Vicens; y dos jugadores muy físicos para la pintura: el veteranísimo, y hombre de confianza de Fisac, Lamont Barnes y el potente Michael Fakuade.

Porque, con los jugadores mencionados, les ha quedado un plantel muy equilibrado y competitivo, capaz de ofrecer muchas alternativas en la cancha y de encarar los momentos malos con serenidad.

Porque, a pesar de su precipitada eliminación en playoffs la pasada temporada, llevan varios años coqueteando con los puestos de ascenso…

En definitiva, nos ha tocado un hueso muy duro de roer para la primera cita liguera en el Palacio de los Deportes de Riazor. Aunque suene a tópico, este será para Leyma Básquet Coruña un partido con mucho que ganar y poco que perder.