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lunes, 20 de mayo de 2024 00:03h.

Atención señoras y señores

Atención señoras y señores, contengan la respiración. Suena una alarma como de incendios seguida de un largo “riiing”. Nuestro protagonista sale a la pista y el público comprende enseguida el riesgo de la operación, a incontables metros sobre el suelo de arena. Depositan sus esperanzas en el intrépido funambulista, es el todo o nada, y los nervios se acomodan en las uñas que van pasando ya por la lima de los dientes. Cuando alguien retira la red de protección en caso de caída, el público chilla aterrorizado: “¡no, así no!” 

Es el final de noviembre, que viene a poner en cuestión algunos equilibrios y a obligar a la búsqueda de otros. Como la vida misma. Es el final de noviembre en una semana con un lunes en clave de debate. Barcón y Garmendia lo hicieron en la batalla de las primarias socialistas en A Coruña, con la idea de la renovación sobre la mesa. El PSOE se enfrenta, no aquí sino en todas partes, a una tarea de proporciones titánicas ¿Cómo hacer esa renovación? La crisis económica  les hizo perder su papel de contrapeso de la derecha europea, incapaces de articular una respuesta efectiva, una alternativa a lo propuesto por la vía de la austeridad y nada más. En lugar de eso se extendió la idea de que permitían que les tomaran por el cuello y les aprisionaran contra la pared para decirles “esto se hace así”. Y de que lo hicieron sin apenas rechistar. Y muchos ciudadanos contestaron “no, así no”. Impuesto ese relato de rendición o connivencia, según quién lo explique, la credibilidad se les diluyó. Ahora están obligados a lo “nuevo” ¿Pero pasa lo “nuevo” por estar más a la izquierda o por encontrar una ecuación eficaz entre idealismo y realismo? ¿Cúanto de un pasado que, sin duda, contiene grandes logros y avances debe estar presente en ese “nuevo” PSOE sin restar credibilidad al cambio? Un delicado equilibrio…

Como el de Podemos. El jueves presentaron un borrador de propuestas económicas que suaviza el programa de las europeas. Inician un recorrido de moderación que deja atrás su marcado izquierdismo del arranque. Buscan construir mayorías. Habrá que ver si consiguen hacerlo sin perder por el camino a los que les apoyaron al principio y construyendo un proyecto que logre arrancar de Europa algo más que un “no, así no”. 

Una respuesta esta que se extiende. Los bomberos se negaron a participar en el deshaucio de Elviña convencidos de que esa no es su labor. Lo cierto es que situaciones como esta hacen difícil convencer de que el poder público aspira a equilibrar intereses, a proteger a los débiles. Será por eso que dijeron “no, así no”.
Que tengan buen fin de semanA