1) Calentamos en una cazuela 2 cucharadas de aceite y doramos un diente de ajo pelado y entero. Cuando empiece a dorarse, agregamos el arroz, lo rehogamos durante 3 minutos y añadimos 900 ml. de agua hirviendo. Lo dejamos cocer durante 20 minutos (los primeros 10 minutos a fuego fuerte y los otros 10 minutos a fuego lento) y lo apartamos del fuego, le añadimos el zumo de los limones, lo mezclamos bien y lo reservamos tapado en la misma cazuela. Tiene que quedar un arroz algo caldoso.

2) Ponemos al fuego otra cazuela con 4 cucharadas de aceite y rehogamos la cebolla y el pimiento verde cortados en taquitos pequeños y el otro diente de ajo pelado y cortado en láminas finas, hasta que la cebolla se empiece a ablandar. Añadimos la guindilla de cayena picada, el curry en polvo y una pizca de pimienta molida y sal. Lo cocinamos todo durante 3 minutos removiendo constantemente.

3) Añadimos los langostinos a la cazuela, los rehogamos hasta que cojan color, agregamos la leche de coco y lo dejamos cocer todo junto durante 10 minutos a fuego lento removiendo de vez en cuando.

4º) Servimos este plato en cuencos individuales con el fondo de arroz y los demás ingredientes encima. Le espolvoreamos un poco de perejil picado.

1) Con anterioridad le pedimos al carnicero que limpie de huesos el cordero, dejando sólo la carne cortada en trozos medianos (como un ragú) y retirándole la grasa que pueda. Los huesos los vamos a necesitar para hacer un caldo con 2 litros de agua hirviendo en una pota, junto con unas hebras de azafrán y una cucharilla de sal gruesa. Lo dejamos cocer durante 25 minutos, lo colamos y lo reservamos caliente.

2) En una cazuela amplia al fuego, ponemos la grasa del cordero con 2 cucharadas de aceite de oliva, los dientes de ajo y la guindilla, y cuando los ajos se empiecen a dorar, retiramos las tiras de grasa y añadimos la carne troceada.

3) Dejamos que la carne se dore por todas partes y la retiramos del plato. En la misma grasa, rehogamos las cebollitas peladas y enteras, la cebolla pelada y cortada en cuartos, los pimientos cortados en trozos medianos y lo sazonamos todo con una cucharilla de sal. Cuando la cebolla se empiece ablandar, añadimos de nuevo la carne a la cazuela y las ramitas de romero fresco. Lo regamos con el vino blanco, lo dejamos evaporar 3 minutos y añadimos el caldo que tenemos reservado sin que llegue a cubrir los ingredientes. Tapamos la cazuela, la ponemos a fuego lento y la dejamos cocer durante 25-30 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue al fondo.

4) Mientras se hace el cordero, pelamos las patatas, las cortamos en cuadrados y las freímos en una sartén con abundante aceite. Las incorporamos a la cazuela del cordero 5 minutos antes de terminar la cocción.

1) En un molinillo, trituradora o robot de cocina, molemos las galletas María hasta convertirlas en harina grumosa. Esta operación también la podemos hacer metiendo las galletas en una bolsa plástica y pasándoles el rodillo varias veces hasta dejarlas bien trituradas.

2) Ponemos en un cazo las galletas trituradas, el azúcar, el caramelo líquido, la nata, la leche y la cuajada en polvo. Lo calentamos a fuego medio removiendo constantemente hasta que hierva y todos los ingredientes se hayan convertido en una crema homogénea.

3) Retiramos la crema del fuego, la repartimos en vasos individuales de cristal y los decoramos con un trozo de galleta María o con una galleta entera. Metemos los vasos en la nevera durante un mínimo de 4 horas, hasta que la crema se cuaje.