El ex director xeral de la Consellería de Traballo, Odilo Martiñá, imputado por cohecho y trafico de influencias dentro de la Operación Zeta, ha reconocido ante la jueza que investiga el supuesto fraude en cursos de formación, que percibía dinero procedente de una de las empresas de Gerardo Crespo, presunto cabecilla de la trama. 

Martiñá declaraba ayer ante la magistrada de Instrucción número 6 de A Coruña. Este alto cargo de la Xunta dimitía en Septiembre del año pasado tras conocerse su implicación en el caso. Los registros realizados en los archivos informáticos evidenciaban, según el informe de la Policía Judicial, que Crespo abonaba a Martiñá 300 euros mensuales, en concepto de asesoramiento. Un dinero que percibío de 2006 a 2009.