"Me marcho con una sensación rara, he intentado dar lo mejor de mí en estos 5 años. Cuando llegué no pensaba que el Deportivo sería el club de mi corazón, pero ahora me voy con una sensación de cariño muy grande por parte de la ciudad, la directiva, la afición y mis compañeros", con estas palabras se despedía el defensa luso de todo el deportivismo.

No quiso entrar en los detalles de índole económica, pero aclaró que su deseo era continuar en el club, aunque como bien resumió: "El Dépor puede lo que puede, necesita que me vaya para poder traer más fichajes y tener un equipo competitivo". Finalmente su marcha cumple otra de las medidas exigidas al Deportivo por parte de la Administración Concursal, para liberar al club de la carga económica que suponen las fichas más altas. 

Para terminar, Zé Castro ha reconocido que su marcha es la decisión profesional más complicada que ha tomado hasta el momento y que en pocos días tendremos novedades sobre su futuro, aunque por el momento no tiene nada decidido y meditará su destino junto a su familia. El central se ha despedido reconociendo que el vestuario del Dépor es, a nivel humano, el mejor en el que ha estado a lo largo de su carrera.