Riki ha vivido en los últimos días las dos caras de la moneda. Ha pasado de la alegría de comprobar que su fractura del tabique nasal no requería intervención quirúrgica a la molestia de acostumbrarse a una máscara que dificulta su rendimiento sobre el césped.

El madrileño está probando varios modelos de protección para encontrar el más adecuado, pero la búsqueda está resultando infructuosa a la vista del comentario de esta mañana: "yo creo que veo mejor con las gafas de bucear que con eso". Sin embargo, el punta ha querido dejar claro que en absoluto éste puede ser un motivo para apartarlo del once titular "Si estoy para entrenar, estoy para jugar. Si no juego no es por la nariz, será porque preferirían otra opción"