La historia se repite. Cada vez que Lotina tiembla aparece Lopo al rescate. Ocurrió en enero de hace tres años, con el equipo a 5 puntos de la salvación, cuando marcó ante el Valladolid en Riazor para iniciar la reacción deportivista. La figura del "7" blanquiazul emergió nuevamente en la jornada 9 de esta temporada para certificar el primer triunfo liguero y abandonar el descenso, con abrazo incluido a un cuestionado Lotina. Ayer se produjo la misma estampa que zanja los rumores de fractura en el vestuario.

Lotina ganó la partida táctica. Blindó el centro del campo para atascar a un Villarreal acostumbrado a convertirse en embudo y los de Garrido quedaron desactivados. En ataque, el Depor lo apostó todo al contragolpe y al balón parado. La primera ocasión clara llegó en una falta desde la izquierda que peinó Juan Rodríguez y no alcanzó a rematar Colotto, libre de marca en el segundo palo. Adrián, vestido de "Ronaldo blanco", perdonó en el mano a mano con Diego López tras una arrancada eléctrica. En la otra portería, Aranzubía tiró de reflejos a cabezazo de Gonzalo. Al descanso las sensaciones eran positivas y Riazor había indultado a su equipo.

Los argumentos apenas variaron tras el paso por vestuarios. El Villarreal incrementó levemente la posesión pero el control del partido era blanquiazul. Entonces apareció el ángel de la guardia de Lotina. Antonio Tomás sirvió el balón al segundo palo, Juan Rodríguez la metió al corazón del área y Lopo apareció para hacer el gol de la victoria. Tres jugadores que acaban contrato daban la victoria a Lotina.

El gol espoleó a un Villarreal conformista y plano que a pesar de inclinar el campo y acumular posesión fue incapaz de crear peligro. Hasta el final pareció más cercano el 2 - 0 en alguna contra que el empate castellonense.