De una tacada el Deportivo consiguió seguir adelante en la Copa y desviar el debate sobre la falta de gol. El Girona se llevó cinco de Riazor, en un partido donde el marcador pudo reflejar cualquier otro resultado tras lo sucedido durante sesenta minutos. Fue el tiempo que duró el correcalles al que se entregaron ambos conjuntos. El partido comenzó mal para los locales, con el gol de Nieto cuando no habían transcurrido cinco minutos. Por fortuna para el Deportivo el empate llegó pronto. Una combinación por la derecha desembocó en un centro de Laure que Lassad envió al fondo de la red.

Durante el primer acto los de Oltra fueron un equipo de claroscuros. Los claros los aportaba la frescura de Salomão, las llegadas de Laure y Ayoze sorprendiendo por banda o las ocasiones en las que el Depor presionaba arriba para robar cerca del área rival. El otro lado de la moneda era la endeblez defensiva. El Girona generó mucho peligro entrando como un puñal por el centro de una defensa que no recibía el apoyo necesario de los pivotes. El partido enloqueció y se generaron unas ocasiones en ambas porterías que bien pudieron significar una auténtica goleada con solo 45 minutos transcurridos.

El comienzo de la segunda mitad deparó el mismo guión del primer período. Hasta que Valerón salió al campo. La entrada del canario abolió el descontrol del césped de Riazor. El de Arguineguín sembró de sentido el partido. Hizo lo que mejor sabe hacer ante un conjunto que no supo pararlo: recibió, procesó y con su tiralíneas abasteció de balones a Lassad y Salomão. Los tres, junto con Juan Carlos, demostraron que hablan el mismo idioma futbolístico.

El francotunecino hizo el segundo y el tercero de la noche tras una rápida combinación entre los hombres de ataque. Incluso estuvo a punto de conseguir el cuarto, tras un balón en profundidad de Juan Carlos a Salomão. El portugués, llegó con descaro a línea de fondo y sirvió una asistencia a Lassad que convirtió en gol un defensa visitante. La cuenta la cerraría el extremo portugués, que tras numerosos intentos disparando a la meta de Dani Mallo, recibió un pase de Guardado que lo dejó mano a mano con el meta. El luso, esta vez si, remató la faena. El partido se consumió entre los cánticos de una afición ávida de alegrías y la entrada de Bodipo al terreno de juego. Goleada, pase a la siguiente fase y un deseo en la grada de que esto sólo sea el principio.