El Deportivo más ofensivo de la temporada fuera de casa coincidió con la peor versión de la estructura defensiva blanquiazul. El cuadro coruñés se descosió por la retaguardia y entregó en bandeja el partido a un Getafe que sólo necesitó el primer tiempo para liquidar la contienda.

Con los laterales metidos en campo contrario y los centrales muy abiertos, el equipo de Míchel encontró en el centro de la defensa visitante un auténtico chollo. El primer regalo de la tarde llegó de la forma más simple imaginable; un pelotazo de Ustari peinado por Miku dejó solo ante Aranzubía a Colunga. En el segundo y el tercero, el doble pivote blanquiazul ejerció de peor enemigo de su propia zaga y completó el ridículo defensivo con sendas pérdidas en esa zona en la que el manual obliga a asegurar el pase.

El naufragio atrás deja a título de anécdota el buen comportamiento en ataque, con un Depor profundo por las bandas y con llegada al área de los centrocampistas. Míchel dejó minutos para la esperanza aunque pecó de falta de puntería en momentos clave. Lassad hizo un gol superada la media hora que el trío arbitral anuló por un dudoso fuera de juego.

Tras el paso por vestuarios no se atisbó reacción alguna por parte herculina. El Getafe siguió llegando con comodidad y Pedro Ríos hurgó más en la herida haciendo a placer el cuarto. La media hora restante hasta el final se haría eterna para un Depor desbordado que pudo encajar una goleada de escándalo. Un penalti cometido sobre Xisco sirvió para que Riki hiciese el tanto del honor en su vuelta a los terrenos de juego.