El Deportivo rozó el triunfo ante el Valladolid. El equipo coruñés se adelantó en el marcador con un gol del mexicano Guardado, y hasta el último minuto soñó con una victoria que lo hubiese devuelto, virtualmente, a Primera. Sin embargo, el partido fue la crónica de un sufrimiento constante.

El Real Valladolid encerró en su área a los de Oltra desde el minuto uno. Las numerosas bajas de los locales fueron una losa demasiado pesada. El centro del campo desapareció, y los de Djukic hicieron un roto de la banda derecha deportivista. El Deportivo afrontaba el duelo ante el Valladolid con una defensa de circunstancias. Borja Fernández era la pareja de Zé Castro. Las ausencias de Colotto, Rochela y Aythami motivaban a la reubicación del medio gallego. Germán Lux y Saúl también tenían su oportunidad.

A pesar de que los nuevos no desentonaron, el colectivo flaqueó en todas las líneas. El cuadro herculino sólo fue superior en el inicio de ambos períodos. Por lo demás, el dominador fue el Real Valladolid. Los pucelanos merecieron, como mínimo, el empate. Aunque ellos también tuvieron que sufrir para lograrlo.

Porque a los 23 minutos llegaría una de las jugadas claves del partido. Un balón largo de Zé Castro llega a Lassad. El delantero recorta ante Jaime, que arrolla al punta. La pena máxima llegaba en el mejor momento. Guardado tiró de galones. El mexicano no falló desde el punto fatídico. Riazor comenzaba a saborear un nuevo triunfo de su equipo

El Valladolid no se rendía. Y ya en los últimos albores de la primera parte, continuó maniatando al Pucela. Con las tablas se llegó al descanso. Momento clave para que el Dépor pudiese aprovechar el tiempo muerto y reordenar las naves.

Pero lo visto en la segunda parte fue la misma secuencia. El deportivismo seguía sufriendo. El tiempo, aunque lento, transcurría. Y Oltra decidió dar descanso a un desafortunado Saúl Fernández. En su lugar, Pablo Álvarez intentó darle dinamismo a la banda. Junto a él, Xisco se zafó con los centrales violetas para buscar la sentencia.

A pocos minutos del final, tras una agonía del Deportivo, llegó una contra para Xisco. Tras un pelotazo, el balear se encuentra con un mano a mano con el portero. Perdió el ángulo y no vió sólo a Pablo Álvarez. Para su desgracia, el Dépor terminó lamentandose de esa ocasión fallada.

Cuando el conjunto blanquiazul empezaba a saborear la victoria llegó el tanto de Manucho. El delantero angoleño se encontró con un rebote en el área local para batir a Germán Lux. Lo hizo entre tres defensas herculinos. Con suerte. La que tuvo hasta ese momento el Dépor.