Si ayer los jugadores del Dépor entrenaban bajo un sol de justicia, hoy lo hacían a merced de la niebla. El nivel de intensidad de los ejercicios ha seguido aumentando y se van advirtiendo algunos detalles de lo que será el nuevo Deportivo.

Comenzaba el calentamiento y, de nuevo, Zé Castro y Salomão se mantenían al margen del grupo mientras trabajaban con el readaptador del equipo. Al cabo de un rato comenzó lo serio. Muchos ejercicios de control de balón en carrera y de disparos a puerta. “Vosotros seguid tirando así que el único que se va a poner en forma es Javi”, decía Oltra a sus jugadores en alusión a Javier Rego, utillero del equipo que recogía como podía las pelotas que iban detrás de la portería.

Pero no todo fueron anécdotas graciosas. Después de calentar, Zé Castro se unía al resto de sus compañeros. En la última parte del entrenamiento, los jugadores se dividieron en tres grupos para jugar partidillos a medio campo. El susto llegó cuando el central portugués tuvo que retirarse antes de tiempo después de intentar un pase de tacón. Al parecer, se resintió del cuádriceps de la pierna derecha, la misma en la que tuvo la lesión al final de la temporada pasada. El equipo médico descartó que fuese algo grave y mañana entrenará de nuevo con el readaptador.  

Como decíamos, la intensidad en los entrenamientos va en aumento y los jugadores lo trasladan sobre el césped. José Luis Oltra tuvo que zanjar una pequeña riña entre Laure y Aythami debido a unas reclamaciones en tareas defensivas del madrileño sobre el canario. El técnico impuso su autoridad y todo quedó en agua de borrajas. Una prueba de que los jugadores se toman en serio el trabajo de pretemporada.

Un apunte, durante las pachangas Bodipo materializó dos ocasiones, Riki también mojó y André Santos y Pizzi dejaron algún destello de calidad.