Las molestias de Salomao tenían fundamento. El extremo portugués padece una rotura muscular de grado 2 en el soleo de la pierna derecha. Una dolencia con un período de recuperación que en ningún caso baja de las cuatro semanas. De este modo el luso llegaría muy justo para afrontar los últimos encuentros de la temporada. Y eso en el mejor de los casos, porque tampoco se descarta que esta rotura implique su adios definitivo a la Liga.

Salomao solo ha podido disfrutar de 53 minutos esta campaña, repartidos entre los 31 del pasado fin de semana ante el Espanyol y los 22 que disputó en el partido de vuelta de Copa ante el Málaga. Su último año en A Coruña ha sido para olvidar, convirtiéndose en un auténtico calvario para el joven extremo.

Todo empezó el pasado 4 de marzo cuando Salomao se rompía el ligamento cruzado frente al Hércules. El extremo estuvo 250 días en el dique seco hasta que el pasado 5 de noviembre recibió el alta médica. Problemas de confianza del jugador y decisiones del técnico Víctor Fernández dilataron hasta el pasado 3 de enero su entrada en una convocatoria. Fue ante el Athletic de Bilbao cuando el atacante portugués entró en una citación, aunque no llegó a saltar al césped. Febrero tampoco fue el mes de la eclosión de Salomao ya que una lesión en el soleo lo obligó a permanecer en el dique seco durante un mes. Cuando la suerte empezaba a cambiar, con su debut el pasado domingo, de nuevo un problema en el soleo, en esta ocasión de mayor gravedad, provocan que Diogo Salomao se despida prácticamente de la presente temporada.

De este modo, tras haber vaciado casi por completo su enfermería, el equipo coruñés ha perdido a tres hombres de manera casi definitiva, ya que de confirmarse los peores presagios, Salomao además de Wilk y Hélder Postiga, no podrán volver a enfundarse la elástica blanquiazul en un momento de la temporada donde la acumulación de partidos, seis en un mes, hará necesario contar con los máximos efectivos posibles.