A golpe de miércoles el deportivismo continúa preguntándose el porqué de la versión gris que el Depor puso en escena en Málaga el sábado pasado. La etapa de Víctor Sánchez en el banquillo coruñés incluye un voto de silencio a la hora de explicar los entresijos de los partidos. Ningún jugador ha desvelado la charla postpartido o la sesión de vídeo en la que se analizaron los errores cometidos ante los andaluces. La omertá deja al deportivismo con una única explicación: "un mal día en la oficina", ell resto se depura en la intimidad de la caseta. Un mal partido que quiso relativizar uno de los veteranos de la plantilla: "nos tiene que servir para que no se repita y para no llevarnos las manos a la cabeza. Ha sido solo un mal partido. Todos hubiésemos firmado un comienzo de Liga así".

Sobre el próximo rival en Riazor Cani se extendió más, habida cuenta que el año pasado disputó seis meses de competición con la elástica rojiblanca, en una etapa que guarda en el recuerdo por la grandeza del cuadro colchonero, pero que no significó nada debido a su poca participación. "No sirvió de mucho" resume el maño haciendo balance a un pobre registro de poco más de 60 minutos disputados repartidos en 4 encuentros.

Su discreto paso por el Manzanares no le impide deshacerse en elogios al cuadro madrileño, alabando su fortaleza defensiva y la contundencia en ataque para desnivelar los partidos "especialmente a balón parado donde tienen 6 o 7 jugadores que van muy bien". Al equipo del Cholo Simeone se le asocia con la intensidad, algo que Cani explica en "una fortaleza física que les sirve para llevarse los duelos particulares".

Frente al Atlético de Madrid Cani espera poder entrar en los planes de Víctor Sánchez, luego de haber sido titular ante el Athletic de Bilbao y de haber disputado 20 minutos saliendo desde el banquillo en La Rosaleda.