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sábado, 04 de mayo de 2024 00:00h.

Bruno Gama desatasca al Dépor

Un trallazo del portugués guió a los coruñeses hacia la victoria. Nélson Oliveira, triste protagonista del choque. El Deportivo fuera de descenso a dos jornadas para el final de Liga.
El 19 de mayo volvió a suponer una jornada de éxtasis para el deportivismo. En el aniversario de la consecución del título de Liga los coruñeses volvieron a vencer al mismo rival, el Espanyol. Aquel día luchaba por un lugar en la mesa de los grandes. Esta victoria fue la de la supervivencia. Conscientes de que ante los pericos solo valía vencer para seguir soñando con la permanencia, los de Vázquez se hicieron con tres puntos vitales para seguir aferrándose al milagro... y a la vida.

El Deportivo saltó al campo siendo el equipo hipotenso que durante muchos minutos deambuló por Zorrilla hace siete días. Recién comenzado el partido Stuani aprovechó el letargo para enviar un balón al poste que enmudeció a un Riazor aun no acomodado en sus butacas. El partido entró en un intercambio de golpes en el que el gol pudo visitar a cualquiera de los contendientes. Pudo ser la de Stuani, pero también una de Riki que sacó Javi López bajo palos. El partido se convertía en un correcalles en el que nadie encontraba luz en los metros finales. Tampoco tuvo muchas luces el que lanzó una botella de vidrio al terreno de juego que a punto estuvo de impactar en la cabeza de Muñíz Fernández. La "broma" le saldrá muy cara al club.

La segunda mitad comenzó de nuevo con susto. El de Sergio García que en un mano a mano con Aranzubía a punto estuvo de abrir la cuenta para los visitantes. El meta riojano mostró sus reflejos desviando ligeramente el balón y Silvio completó la acción sacando el esférico bajo palos gracias a un escorzo que evitó el gol. De portería a portería, Bruno Gama, el más entonado de los atacantes coruñeses, inició un slalom en el balcón del área que finalizó con un duro disparo cruzado ante el que nada puedo hacer el meta catalán. Con el 1-0 al Deportivo le tocó sobrevivir y conservar su botín. El Espanyol se estiró, complicando la vida a los locales: Abel Aguilar se jugó la segunda amarilla poco después de rapiñar un balón que ya engatillaba Sergio García. Manuel Pablo también se jugó el cabra anticipadamente el encuentro. Fernando Vázquez movió ficha dando entrada a Álex Bergantiños en lugar del colombiano y cambió su dibujo táctico situando a Kaká en el centro de la defensa en lugar de un Valerón exprimido por los minutos acumulados. Con tres centrales Manuel Pablo pudo sujetar mejor a un hiperactivo Wakaso, buscando Vázquez sorprender con las incorporaciones de sus carrileras. Poco antes Nélson Oliverira sustituyó a un Riki que había desperdiciando dos claras ocasiones para finiquitar el partido. El ex deportivista Verdú sacó lo mejor de Aranzubía en otro mano a mano en el que los reflejos del meta mantuvieron cerrada a cal u canto la portería blanquiazul.

El Deportivo sobrevivìa ante un equipo de Aguirre que se volcó de manera definitiva con las entradas de Simao y Petrov. Ya en tiempo de prolongación Nélson Oliveira definió con clase, con una sutil vaselina que significó el definitivo 2-0. Una clase de la que careció el portugués en una polémica celebración del gol en la que mandó callar a una grada que si por algo destaca es por un aliento y ánimo continuo e incondicional. El gesto encrespó a una afición que no permitió que un esto infantil empañase una jornada redonda para el equipo. Una victoria para sumar 35 puntos y completada posteriormente con la derrota del Zaragoza frente al Athletic que sitúa al Deportivo fuera de puestos de descenso a falta de dos jornadas para cerrar la temporada.